26.8.23

And Just Like That (2x11, final): Carrie acaba como la loca de los gatos y Aidan, como Thanos

En esta entrada hablo CON SPOILERS de La última cena parte dos: Entrada (The Last Supper Part Two: Entree), el último episodio de la segunda temporada de And Just Like That (la continuación de Sexo en Nueva York (Sex and the City).
  • Episodio 2x10 (Sam Smith, la despedida a Stanford).
  • Episodio 2x9 (Carrie con la ex de Aidan y su nueva casa).
  • Episodio 2x8 (Aidan, Ghost, Marvel y ¿The Good Wife?).
  • Episodio 2x7 (el reencuentro con Aidan y la conexión con Sexo en NY).
  • Episodio 2x6 (Carrie y la paella, así conecta con Aidan).
  • Episodio 2x5 (Carrie se disfraza de la creadora de Cosmopolitan).
  • Episodio 2x4 (el humor con penes).
  • Quién es John Corbett (Aidan).
  • Sobre primera temporada de And Just Like That.
Como se ha confirmado una tercera temporada de And Just Like That, está claro que este episodio cierra muchas de las subtramas y nos indica por donde pueden ir los tiros para la próxima entrega.


Carrie logra reunir a todos los que quiere en su pisito de soltera y así despedirse de su ratonera en condiciones con una cena por todo lo alto. El chef Michelín que la prepara no es otro que Gary Dourdan (CSI), al que vimos de refilón ligar con Nya en el primer episodio de la temporada. Ahora que Nya sabe que es un reputado cocinero como que le mola más. Aquí hay tema. El pobre tiene que cocinar abajo en el piso de Lisette. Mucho glamour y todo lo que tú quieras pero Carrie no puede usar ni el horno. De todas, la ruptura más gorda en toda la franquicia es esta: la de Carrie con su piso en la calle Perry, 66.


El anunciado cameo de Kim Cattrall tiene lugar al inicio del episodio. Cuanto antes quitarse el elefante en la cristalería del medio, como hacía Hitchcock en los cameos en sus pelis. Llama a Carrie porque le iba a dar una sorpresa presentándose en la cena, pero al final no puede ir porque se le complica el vuelo y bla bla bla. Nos da igual. Si ya sabemos que la Cattrall no quiere regresar a Sexo en Nueva York. Carrie alza el móvil como si el piso tuviera oídos para que Sam se despida. Samantha grita (¡Gracias por todo, jodido piso fabuloso!), bromeando con Annabelle Bronstein, un alter ego británico que usó para ingresar en el Soho House en la sexta temporada de Sexo en Nueva York.

El bolso pistacho cantoso es de Fendi.

Es como decirle definitivamente adiós a la serie de Darren Star, a la que, eso sí, llevará siempre en su corazón (de ahí que apoye el móvil en su pecho, muy teatral todo). La Cattrall está estupenda, es una pena no contar con ella porque era lo mejor de la serie. Una vez que se despide Samantha, pasamos página y nos centramos en otra cosa. 

Por fin (le ha costado) Miranda hace las paces con el pobre Steve. Si por él fuera volvería con ella a pesar de todo. Pero Steve se ha centrado en su nuevo negocio. Una foto estupenda esta del Paul's Daughter en Coney Island. Miranda quiere tenerle en su vida y que se sigan viendo como amigos. Así que Steve continuará entre nosotros hasta que Miranda quiera. En la cena, Miranda también cierra heridas con Che. Se lo dicen claro y una cosa menos. Luego vemos a Che enrollarse con la chavala aquella que le llevó los gatos al veterinario (uno de esos gatos es el de Carrie).

Me llama la atención que Carrie deje colgados unos sujetadores en su armario, que sirve de pasillo para llegar al baño cuando lo que celebra es una elegante fiesta. Menos mal que no se olvidó de las bragas también. Son un regalo para Lisette, a la que ha vendido el piso por dos perras (algo que le va a echar en cara el resto de su vida, qué culpa tendrá la chavala). Ese armario sirve ahora para salir del armario, ya que el italiano amenaza a Anthony con que se vuelve a Roma. Todo esto es tremendo porque sin decirlo le está exigiendo a Anthony que ponga el culo. Aquí no es Anthony el que manda, es Giuseppe. Y de hecho vemos al pobre Anthony pasándolo mal cuando el otro le empotra. No entiendo toda esta mandanga, con lo que ha sido de especialito Anthony toda la vida.  

Sin darnos cuenta, Carrie levanta el gato como si fuera Simba ante sus invitados. Luego esta secuencia cobrará todo el sentido. Por el momento nos quedamos ojipláticos con el vestido damero de Oscar de la Renta. 

Miranda se va de la cena corriendo porque tiene que salir por televisión como portavoz de su empresa. Va estupenda con un vestido rojo de Roksanda. Y es en ese plató donde vuelve a coincidir con Joy (Dolly Wells), que ojalá le de esa alegría para el cuerpo. Pongo la imagen cuando se sube a un taxi que lleva un letrero, cómo no, del Museo del Sexo. 

Nya y el chef. Miranda y Joy. Miranda y Steve. Miranda y Che. Lo que ha sufrido esta mujer. Anthony y Giuseppe. Herbert y Lisa llorando la pérdida de su hijo cuando ninguno de los dos lo quería. Charlotte y Harry, prometiéndole ella que hará lo que le de la gana pero sin chupitos de por medio. Y así van cerrando parejas. Y, claro, Seema y Ravi. Como si fuera una niña pequeña (algo que le ha contagiado Carrie) la señora fuerza la situación hasta que Ravi le dice que la quiere y que quiere estar con ella. Ravi ha conseguido poder rodar delante de la Esfinge de Giza, de ahí su enganche al móvil algo que la otra interpreta como cuernos. Yo no entiendo nada, que ya somos mayores. Ravi quiere que vaya con él, Seema pasa, así que se dan una tregua de cinco meses.

El plato fuerte llega al final. Por supuesto que Aidan no se presenta en la cena. Hubiera eclipsado todo lo demás y los otros secundarios también tienen derecho a su minuto de gloria. Pero lo hace al final del episodio, cuando Carrie apaga las velas y va echando al personal de su casa. Aidan ahora sí pisa el piso del demonio porque tiene que echarle un buen jarro de agua fría a su novia. Y lo del piso ya se la refanfinfla. Carrie se agarra la cabeza porque lo de Aidan no hay por donde cogerlo. Siempre impuso su ley en la vida de Carrie, pero ahora ya roza la crueldad emocional. Aidan le pide a Carrie tiempo para poder ver crecer a su hijo. Su prioridad. Ese tiempo son cinco años. Vale… ¿qué? Cuando pasas de los 50, cinco años son muchos años. ¿A qué viene esto? Obviamente Carrie no le iba a dejar (no soportaríamos que lo hiciera OTRA VEZ), así que le tocaba a él ser el malo de la historia… esta vez.

Lo más fuerte de todo es que Carrie traga y se acuestan entre risas. Que, por cierto, John Corbett enseña cacha y todo. Sinceramente no sé que tiene esta noticia para que Carrie se sienta feliz. Es todo absurdo. Recordemos que Carrie ha vendido su puto piso para estar con Aidan. Es cierto que él no se lo pidió, pero era una muestra del compromiso hacía su relación. Ahora, ¿toca esperar?

Carrie se despide de Aidan en el hall de su nueva casa. Ella, de blanco (la buena); él, de negro (el villano). ¿Qué va a hacer Carrie ahora en ese casoplón? 

Pero Carrie no está sola que para eso se ha quedado con un gatito, al que llama Shoe (obviamente). Y aquí, en el balcón, mira cómo se aleja Aidan de su vida. Acaricia al minino cual loca de los gatos. Con todo lo que ha vivido con Aidan, Carrie calla y otorga. 

Según Aidan, cinco años pasan muy rápido, como un chasquido. Es como Thanos exterminando todo a su alrededor. Mi teoría es que la tercera temporada tendrá un salto de tiempo de esos cinco años. Y claro que pasarán rápido, como que no los veremos. El gato será más grande, los hijos estarán crecidos, unas relaciones serán más estables que otras, y supongo que Carrie habrá esperado. Porque si es leal y no tiene otros rollos en esos cinco años sería todo muy aburrido, ¿no?

El final final de temporada no tiene que ver con Aidan. Como Ravi también se ha ido a rodar a Egipto, Seema invita a Carrie a pasarla bien entre amigas. Se van las dos a una playa griega, presumiendo de bolso de Saint Laurent. Son felices aunque sus amantes estén muy lejos. Son amigas y eso parece estar por encima de todo. Si en la tercera temporada hay un salto en el tiempo de esos cinco años, ¿habrá aguantado Seema con Ravi? Habrá que verlo. 

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