16.5.18

Safe (Netflix): Michael C. Hall (Dexter), de asesino a víctima

Opinión sin spoilers de Safe (Netflix), con Michael C. Hall.


Mantenerse a salvo, pero de quién. Safe cuenta con dos atractivos: Michael C. Hall en su primera serie británica y Harlan Coben (The Five) el creador de la novela en la que se basa esta adaptación de ocho episodios con final autoconclusivo.

Safe es un thriller a la vieja usanza, pero con el punto de poder verlo del tirón en Netflix. Que es lo que yo hice. Ocho episodios irregulares en los que, eso sí, no falta el anzuelo y el cliffhanger constantes. La historia arranca con la desaparición de la hija de Tom, un cirujano viudo (a veces ve a su mujer, ideal para el ránking de apariciones fantasmales) de lo más normal que vivirá una situación extraordinaria. Y estos son los thrillers que a mí personalmente más me atraen.

Michael C. Hall no es ningún héroe, al contrario, parece que no supiera bien qué hacer, nunca está solo, necesita la ayuda de su amigo Pete (Mark Warren, a lo Sherlock y Watson) y, en menor medida, de su novia Sophie (la policía interpretada por Amanda Abbington). Ya no es Dexter el asesino, es la víctima que intenta detenerlo.

Porque lo que hace Tom, y por eso empatizamos con su odisea, es intentar ir por delante de la policía y encontrar cuanto antes a su hija. Tanto Tom como el resto de vecinos, viven todos en una comunidad cerrada, una zona residencial pija, que ha sido vallada a modo de urbanización de alto standing. Esta simbólica imagen aparece desde la intro. También el hecho relevante de que la valla se alzó porque hacía años se produjo un trágico incendio que acabó con la vida de ocho niños.

Esta pista (Safe está plagada de ellas) se comenta desde el principio. ¿Tendrá algo que ver con la desaparición de la chica? También se mezcla, entre otras, la historia de un supuesto affaire de una profesora francesa (Audrey Freurot) y el seguimiento de una nueva policía (Hannah Arterton) al amigo de Tom.

Lo mejor de Safe es que hay momentos en los que piensas que cualquiera de los conocidos de Tom es sospechoso. Que tiene que ser alguien de dentro de esa zona segura. En el primer episodio los vamos conociendo a todos, algunos puntos de vista. Hay una policía nueva que hace fotos al amigo de Tom y te preguntas el por qué (me recordó al policía de Stalker con su ex). También un punto macabro que la serie rebaja añadiendo cierto toque de comedia negra (la familia de la piscina es realmente desternillante sin pretenderlo).

El espectador se convierte en Tom y sigue sus pesquisas, a veces, pareciera realmente un reality, como si Netflix nos estuviera contando un Making a murderer del asunto. A medida que avanza la serie se van añadiendo más personajes, más pistas y varias subtramas que enriquecen el asunto, y que sin saber cómo van formando un gigantesco puzle que es un auténtico encaje de bolillos.

Sin entrar en spoilers de ningún tipo, la serie engancha, pero hay que tener presente que Michael C. Hall no ha hecho otra Dexter u otra A dos metros bajo tierra. Este thriller familiar con varias intrigas en paralelo gustará por los personajes y por cómo sus historias entrelazadas activan la imaginación del espectador llevándole por posibles soluciones. El final no es lo mejor, pero al tener que desvelar varias incógnitas, parece no acabar nunca (en el mejor sentido de la palabra). Mi recomendación: ve Safe sin grandes pretensiones, siguiendo las pistas y disfrutando de estos personajes a cada cual más enigmático dentro de una inquietante normalidad.

opinión con spoilers (quién es el asesino)


A mí Safe me ha gustado como entretenimiento adictivo y porque detrás de cada personaje, aparentemente normal, hay una historia que contar con sus propios fantasmas. Pero la serie tiene sus agujeros, claro. La hija de Tom desaparece y reaparece antes de que acabe la serie. Encontrar a la chica no es lo importante. De hecho, es un poco absurdo que la hija se enfade con su padre y decida esconderse en la casa de la vecina, sabiendo que su padre se va a volver histérico cuando no sepa dónde está. Eso es el macguffin.

Lo más interesante es analizar cómo Tom no conocía a su mujer (que muere de cáncer sin que él esté presente, muy a lo Ray Donovan con la hija allí) para nada ni a su nueva novia. Cómo las personas que amamos nos pueden estar engañando. Y todo por culpa de un secreto que decidieron ocultar, un arranque que se parece a otra historia del escritor, The Five, y que entronca con las novelas con niños que se convierten en adultos de Stephen King. Estos adultos que han intentado pasar página provocaron el incendio. La prueba era una cinta VHS que nunca se destruyó y que guardó la vecina de Tom. Cuando su hija se entera de la historia, decide investigar junto a su novio. No contaba con el dueño macarra del bar y, menos aún, con la propia novia de Tom, capaz de matar al novio en la piscina con tal de salvar su propio pellejo. Sia, la niña de la piscina, y sus padres son de lo mejor de la serie por patéticos (entre The Sinner y Riverdale). Por tener, Safe tiene hasta un loco con media cara quemada, unos pandilleros que pinchan con sus navajas cuando les viene bien y una pareja de afroamericanos que parecen autómatas sacados de Déjame salir.

Las historias en paralelo funcionan como pistas falsas, pero también para mostrar cómo esta comunidad vive inmersa en secretos y mentiras. Es el marido de la profesora francesa el que destapa su affair para darle un escarmiento (y al final son ellos los que pierden a un hijo, las prioridades son otras, ver al padre romperse y llorar es el dolor de verdad) y la nueva policía persigue al amigo de Tom porque es su padre y ella está embarazada. Tom nos parece sospechoso en un momento dado porque debe guardar un secreto: es gay y está liado con un hetero casado y con hijos. Al final Safe habla de relaciones entre seres humanos, de sus miedos, más allá de que haya un asesinato y una desaparición de adolescentes. 

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