7.10.14

Piloto Stalker, Dylan McDermott y Maggie Q tras los acosadores de Kevin Williamson, estreno en TNT

(sin spoilers) El otro día echaron The Faculty en Paramount, la volví a ver y a comentar en Twitter. Decía entonces que las series de Kevin Williamson no me habían llegado a enganchar. Ni las últimas Crónicas vampíricas ni The Following. Dawson crece que fue un zambombazo me pilló mayor. Cuando veo que vuelve a intentarlo con Stalker (CBS) temo lo peor. Ni los actores me gustan especialmente (Maggie QHawai 5.0– y Dylan McDermottRehenes–) ni sé si sería capaz de engancharme a un nuevo policiaco con diferentes casos cada semana. Pero, ¡sorpresa! el piloto me entretiene mucho y me sorprende. Con esto no digo que en algún momento me pueda llegar a cansar, repito, no dejan de ser crímenes semanales con dos investigadores detrás de las pistas. Stalker habla de esos seis millones de acosos que se contabilizan cada año en EE UU, de esos intrusos que hacen lo que sea por acercarse obsesivamente a alguien. Sólo el 10% de los acosos es a celebrities como Selena Gomez o David Letterman. La mayoría de acosos se producen entre la gente normal. Y ahí es donde Kevin Williamson crea el terror, como ya lo hizo en su primer guión con Scream. El piloto de Stalker arranca con una escena que podría haber encajado en aquélla. Un tipo misterioso llama a una mujer por el móvil, amenazándola. Momentos después la asalta en su coche. Va enmascarado y lleva capucha, al estilo de Sé lo que hicísteis el último verano, también de Williamson. En Stalker no puedes confiar en nadie (ya lo vimos con los alumnos y sus profesores en The Faculty). Cualquiera puede obsesionarse contigo, grabarte, entrar en tu casa, atosigarte, hacerte la vida imposible e incluso matarte. La temática es muy original, no es sólo otra unidad de NCIS o Mentes criminales. Todos los casos tendrán que ver con el acoso (y derribo). Máxime cuando el uso de las redes sociales ha provocado que se tripliquen en la última década este tipo de delitos.

+Ránking de acosadoras en series de televisión.

Los protagonistas, como suele ocurrir, son antagónicos. Maggie Q, que no me seducía nada, encaja bastante bien en el papel de arisca detective de la UEA (Unidad de Evaluación de Amenazas) en Los Angeles, una mujer que fue acosada y cuya experiencia personal le ayuda en su propio trabajo. Desde Nueva York, le transfieren a un nuevo compañero, un policía de homicidios algo bromista y cansino, pero un crack en lo suyo. Dylan McDermott me recuerda a su personaje de American Horror Story, además de un intento de imitar a personajes como Castle, pero con una situación familiar compleja que te hace desconfiar de él (¿por qué le trasladan?). Eso sí, en cuanto puede se deshace del traje y se pone la camiseta aprietabíceps Dexter. Series con acosadoras hay a puñados, de hecho hice un ránking televisivo, aunque siempre se suele tomar a broma. En Stalker la cosa se pone seria, los casos podrían ser reales y es aquí donde, puede, que debieran esforzarse más por proponer crímenes más enrevesados. Supongo que irá a más. Películas también hay varias, y míticas, que Jack Larsen (McDermott) se encarga de enumerar (asumiendo las posibles influencias): la mítica Atracción fatal, con Glenn Close; Obsesionada, con Beyoncé; El guadaespaldas, con Kevin Costner; El cabo del miedo y Fanático, ambas con Robert De Niro. Como en todas las historias de Williamson, hay lugar para la confusión (todos esconden secretos), para casos relacionados con jóvenes y numerosos diálogos que pretenden rebajar la tensión y hacer gracia, como cuando Larsen le mira el escote a su colega, Beth Davis (¿a que suena a Bette Davies?) y se va metiendo en un jardín él solo ante la reacción de ella (Maggie Q no tiene pecho así que es más que forzada la situación, eso también). Me ha gustado volver a ver a Victor Rasuk (Buscarse la vida en América).

La primera máscara está inspirada en Razas de noche (Nightbreed, 1990)
TNT estrena en España Stalker el 13 de noviembre.

Episodio 1x5
Episodio 1x7

a partir de aquí con spoilers
Kevin Williamson abusa de esas escenas en las que parece que la víctima se va a salvar y al final no lo consigue. Lo hace a menudo en su cine. Así vemos cómo explota el coche de la primera mujer, cuando creíamos que se iba a salir con la suya. También cuando vemos a Larsen como un acosador de su mujer y de su hijo, como si fuera un criminal. No lo sabemos aún, pero Larsen, infiel, no ha asumido que su mujer le dejó. Espero que no vaya a mayores y dejen de lado esta trama. Que los principales sospechosos sean jóvenes (en ambos casos) también se veía venir (a él le encanta esa juventud que no tiene bien amueblada la cabeza) y también que Eric Lange (Perdidos) resultase incriminado (siempre hace de malo). Estos detalles deberían cuidarlos porque los cameos pueden hacer polvo una buena historia. Un poco patético ese final con Maggie Q en plan The Shield apaleando al chaval acosador. ¿Resultado? Que irá a por ella y ya tenemos caso para el segundo episodio.

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