15.12.22

El Madrid de Un vampiro para dos (1965), con José Luis López Vázquez

Un vampiro para dos (1965) en imágenes. La primera parte de esta comedia de Pedro Lazaga muestra el centro de Madrid. Los protagonistas, José Luis López Vázquez y Gracita Morales, son un matrimonio, Pablo y Luisita, que trabajan en el metro de Madrid. Deciden viajar a a Düsseldorf, para trabajar para el barón de Rossenthal (Fernando Fernán Gómez) que, en realidad, es un vampiro. Me interesa la primera parte, cuando vemos cómo era Madrid en los años 60 y cómo era viajar en metro. 

La puerta del Sol, al fondo el letrero de Tío Pepe. Había otro de Siemens, a la izquierda.

Entrada al metro de Plaza de España.

La entrada al metro con el anuncio del jabón Heno de Pravia.

Las taquillas del metro, donde había taquilleras.

Atención al cartel: "Vacune a su hijo, por favor".

Las escaleras mecánicas son las mismas, con el techo lleno de anuncios. Este es de Osram, curiosamente una marca alemana de bombillas.

Coca Cola también asomaba en la publicidad del metro.

En el periódico que lee el viajero hay una noticia sobre el Betis.

El periódico Marca.

El metro de Madrid, como el metro de Tokio, todos empujando que no entran.

José Luis López Vázquez es uno de los revisores del metro de Madrid, con su uniforme.

El tipo lee un libro sobre fútbol. Luego veremos que también es árbitro.

José Luis López Vázquez visita a Gracita Morales, una de las taquilleras. Sus trabajos les impiden coincidir por horario y están hartos.

Pablo come solo. Que no falte si botella de vino y su gaseosa La Revoltosa.

La Plaza de España en construcción.

Pablo vestido de árbitro huye de los jugadores que le quieren linchar. Pocos coches, muchos 600s.

La pareja decide buscar trabajo en el extranjero para poder pasar más tiempo juntos. En el aeropuerto se comportan como un par de paletos.

Van a Lufthansa, la aerolínea que les llevará a Alemania.

La llegada a Dusseldorf. Hasta que llegan a la mansión del vampiro, el viaje es una odisea pues no hablan inglés y mucho menos alemán. En el documental sobre José Luis López Vázquez (Qué disparate) hablan de este viaje. El cámara está como infiltrado y les vemos pasar la aduana (con un manojo de ajos en el bolso).


1 comentario:

José Miguel López de Haro dijo...

Echo en falta una foto de los escaparates-nicho que había en la estación del Suburbano de Plaza España. Eran muy llamativos. Ejemplos únicos de publicidad en el interior del Metro.