11.11.22

Mamíferos: James Corden, un chef cornudo en busca del amor imposible (opinión)

 Opinión y claves de Mamíferos (Mammals), desde hoy en Prime Video.


James Corden parece buena gente. Como presentador televisivo suele presumir de empatía con sus invitados. Es incisivo pero siempre blanco en sus comentarios. En sus comedias es el tipo majete, el que se ve envuelto en las peripecias, dejándose llevar. Es el gordito simpático y adorable. En el primer episodio de la serie Mamíferos, Corden sigue interpretándose a sí mismo, pero con esa vuelta de tuerca dramática que ansían poder mostrar todos los cómicos. 

Ni una pinta de cerveza levanta el ánimo a Jamie. vamoos!

Jamie –hasta el personaje se llama como él y como el productor de la serie, James Richardson (Britannia, Bulletproof)– es un tipo felizmente casado, su guapa mujer Amandine (Melia Kreiling) está embarazada y se disponen a pasar un fin de semana de ensueño. Todo es perfecto, hasta ven una gigantesca ballena y su vecino es nada menos que Tom Jones (sí, el cantante, que se interpreta a sí mismo). ¿Qué puede salir mal? Y aquí empieza la pesadilla de este buen hombre que va en monopatín a todos lados y ve cómo su mundo, de repente, se hunde. Lo que resulta más llamativo es que Mamíferos maneja muy bien aquel dicho de que "todo puede ir a peor". En efecto, cuando crees que Jamie se ha llevado el mayor palo de su vida, llega otro. Y cuando creías que ahí se paraba su mala suerte, surge un nuevo golpe (qué maravilla de cliffhanger el final del primer episodio). Una suerte de maravilloso efecto dominó en el que la infidelidad juega el papel más importante.

Jamie es además un chef que inaugura su primer restaurante y aspira a llevarse una estrella Michelín, con un local que para más inri se llama como su mujer, Amandine. Así que, aunque está hundido en la miseria, le vemos hiperactivo entre fogones levantando un negocio que le recuerda los cuernos que lleva sobre la cabeza. Mamíferos se une a esa lista de series protagonizadas por cocineros de postín, (el último caso la magnífica The Bear en Disney+). 

Tom Jones aparece en el primer episodio; pero también en el flashback en forma de ilustración.

También se une a otra larga lista de propuestas con el matrimonio, la infidelidad y la fragilidad del amor como ejes de la trama. En efecto, lo peor de Mamíferos es su poca originalidad en cuanto al planteamiento, aunque luego Jamie se obsesiona con los amantes de su mujer y es en esa minilocura en la que te puedes sentir identificado. El no saber, el querer saber, el saber demasiado. Cuándo parar. La serie hace aguas cuando se pone seria, cuando te mete la Vie en rose de hilo musical o con la subtrama de la hermana de Jamie, Lue, interpretada por Sally Hawkins, que está obsesionada con la libertad que inspiraba la vida de Coco Chanel. Mal cuando se mete en un lago a lo Ofelia; bien cuando llama monigote a su marido mientras hacen el amor. Me quedo si he de elegir con Jamie y su cuñado (y confidente) Jeff (Colin Morgan), intentando descubrir qué esconde el lado oscuro de Amandine. Jeff es profesor y se relaciona con el tema porque estudia el cerebro de los animales.

La hermana de Jamie es fan de Coco Chanel y tiene una particular relación con (el monigote) la rana Gustavo. WTF.

Por tanto tenemos una serie en la que se mezcla un poco de todo, drama, el enredo, las ironías de la vida y la sensación de que somos los únicos mamíferos (la simbología con la ballena, sale también la novela Moby Dick, y ese flashback del episodio 4 con Scrabble incluido) que nos permitimos cuestionarnos la felicidad constantemente (tanto Amandine como Lue son mujeres insatisfechas y parte de la culpa la tienen sus maridos). El guionista Jez Butterworth lo fue también de ese peliculón que es Al filo del mañana. La pena es que aquí Jamie ni el resto no puede resucitar una y otra vez para mejorar su situación y enmendar la plana.

A pesar de todo me enganchan las secuencias del sufrido Jamie, por su parte de suspense con toques hilarantes, que cuando dan cancha a la mujer, con la que empatizas cero (¿qué me importa que quiera tocar el violín?). Aunque hay que esperarse a los minutos finales para entenderlo realmente todo. Mamíferos es ideal para hacerse un maratón (son solo seis episodios de 25 minutos), si eres fan de James Corden y de las historias románticas con un poso de amargura y que huyen del final feliz. 

Esta simbólica escena me ha recordado al final de Enemy con la araña.

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