En 1990 se estrenó 'El príncipe de Bel Air' que haría famosísimo a un cantante llamado Will Smith. Duró seis temporadas, hasta 1996. Era una sitcom de las de toda la vida. El reboot que se acaba de estrenar en EE UU (aun sin fecha en España) arranca con la historia sabida, que el chaval de la calle se mete en problemas y su madre le envía de Filadelfia a la exclusiva Bel Air a vivir con sus tíos para que no se desmadre. 'Bel-Air' quita al príncipe del título y se centra en mostrar que Will huye de la muerte, que no es una broma más, que le persigue un pandillero al que le sacó la pistola. Para los que veíamos la serie en su momento mientras comíamos (ese era su horario que yo recuerde) el nuevo Will Smith (Jabari Banks) no tiene la gracia del original, mucho menos Carlton, que ahora no baila y se droga. Al menos Hilary no es tan tonta, solo influencer (oh way). El mayordomo es más sofisticado que cualquiera de la familia y el tío Phil se ha puesto cachas y baila como nadie. En los tres primeros episodios (que son los que he visto) esa es la tónica. Carlton celoso de su primo, Will con miedo a que vengan a por él y sobre todo mucho lujo, que para eso todo es más grande y mejor en el reboot. Y, ojo, el nuevo Will Smith sigue llevando unas Nike, pero ahora se las abrocha. Se ha confirmado segunda temporada.
Will Smith ha contado con Morgan Cooper como productor para poner en pie este reboot. Cooper escribió y dirigió una película corta llamada Bel-Air en la que ya trató la historia de El príncipe de Bel-Air como si fuera un drama. Abajo, el poster de este corto en el que se ve el brazo del mayordomo Geoffrey sosteniendo un bocata en una bandeja de plata.
El trailer de este corto se parece mucho a la nueva serie de 2022.
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