29.3.18

Me enamoré de una bruja (1958) y los pies de James Stewart

En este post hablo de la comedia Me enamoré de una bruja, sin spoilers.


Han pasado 60 años del estreno de Me enamoré de una bruja (Bell, Book and Candle), con James Stewart y Kim Novak, una comedia amable sobre un tipo normal que trabaja en una editorial de libros, una bruja que lo quiere engatusar (a través de su gato, nunca mejor dicho) y el hermano de ésta (Jack Lemmon), un brujo algo bocachanclas.

Muchos detalles te llamarán la atención de la película dirigida por Richard Quine. Por ejemplo, las pedazo cejas de Kim Novak, tan artificiales como el bigote pintado de Groucho Marx o ese gato al que zarandean constantemente y hasta meten en una papelera sin que saque las uñas (increíble de amaestrado).


Pero yo destaco dos cosas que me han llamado mucho la atención y me han hecho sonreír. Recordaba a James Stewart y Kim Novak por Vértigo, de Alfred Hitchcock, película que también estrenaron en 1958. James Stewart era un hombre gris, con su habitual traje y sombrero. Me choca verle aquí nada menos que patinando sobre hielo (o haciendo que lo hace) con un gorro de la lana en la cabeza. El elegante hombre maduro (ya tenía 50 años) hecho un chaval al lado de la bruja Novak que sólo tenía 25.

De hecho, tras Me enamoré de una bruja, James Stewart se negó a protagonizar más películas en las que estuviera liado con jovencitas, y se empeñó en interpretar papeles de padre de familia o de soltero. Resulta extraño comprobar que su último filme en 1991 (murió en 1997) fue ponerle voz a un animal de Fievel va al Oeste. Glup. Kim Novak sigue viva, cumplió en febrero 85 años.


Y, sobre todo, me he quedado alucinada con los pinreles de ambos. Kim Novak tenía los dedos de los pies completamente alineados, mientras, si os fijáis, a James Stewart le sobresale el dedo índice, al lado del dedo gordo, sobresale sobre éste, siendo el más largo de todos. Me ha parecido super llamativo porque en películas de la época juraría que no se solían ver los pies (de hecho, me ha recordado al fetichista de Tarantino).


Decir que Me enamoré de una bruja, en principio, iba a ser protagonizada por Grace Kelly y Cary Grant, que está inspirada en la serie de televisión Embrujada (Bewitched, 1964-1972), con Elizabeth Montgomery, y que los elegantes vestidos son del reconocido Jean Louis. 

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