12.6.11

Crítica. Insidious, otra Paranormal Activity con detalles ocultos


En una peli de terror lo único que quieres es pasar miedo. En un thriller como Insidous necesitas que te den pistas porque si no andas tan perdido como sus protagonistas. La primera mitad de la peli te mantienes en completo acojone porque no sabes de qué va. Una pareja guapérrima se traslada a una casa enorme con sus tres hijos. Desde el minuto uno se oyen ruidos, se abren puertas, no hay quien viva allí, pero esta pareja (al estilo de la de Paranormal Activity, que para eso son los mismos productores) es masoca y continúa como si nada a pesar del mal rollo. Uno de los niños entra en coma y el acojone va en aumento. Lo mejor de la peli son varias escenas en las que hay escondidas pistas del susto que te van a dar. Por ejemplo, cuando aparece un niño bailando, estate atento porque segundos antes lo verás de cara a la pared de la cocina. Y así con varios detalles que pueden pasar desapercibidos. Lo bueno es que el miedo que pasas es psicológico, al estilo japonés, o como cuando veíamos al tío escondido tras la cama en Twin Peaks. Lo malo es que todo lo que va ocurriendo te lo vas oliendo (¿El resplandor?) y el final tipo Poltergeist y con sorpresa está ya muy visto (ese rollo retorcido in crescendo ya lo usó el director, James Wan (Saw), en Silencio desde el mal, una peli superchunga con muñeco de ventrilocuo). Esta peli es ideal para verla con amigos en el cine y saltar en la butaca por pura inercia. A mí que Paranormal Activity ya me pareció un engañabobos, ésta tampoco me llega a convencer: desde el poster te engañan con algo que no es, y la pareja protagonista (Patrick Wilson y Rose Byrne) es tan lacónica que te importa un huevo lo que les pase.

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